Gran ganga

Forges (El País)

Empiezan las rebajas con descuentos y fuertes recortes de precios desde el primer día en un nuevo intento de animar a los consumidores y acabar con la atonía. En realidad, hace tiempo que empezaron, pero no nos habíamos dado cuenta, o sí. Sea como fuere, se anunciaban cada día en titulares. Muy pocos compraron aquella vez. Pero eso no importa a los comerciantes que hoy reemprenden una nueva subasta a la baja en una reunión de alto nivel que durará todo el fin de semana para rebuscar nuevas gangas en el almacén de los productos caducos y fuera de temporada.
El objetivo del encuentro es llegar a un acuerdo sobre la reforma de las pensiones. Una nueva rebaja más de un Gobierno que, al igual que ocurre en el resto de Europa, ha perdido la fe en sí mismo y en las personas y sólo atiende a su amo, ese mercado que ya ha hecho la digestión de las comilonas de Navidad y ahora vuelve con ansias renovadas buscando las presas que se le escaparon el año pasado. A este capataz del amo mercado le queda la opción de inmolarse como sacrificio último para calmar la cólera de un dios devorador que todo lo ve y todo lo rige.
Terapia de choque ésta de las fuertes rebajas para una población cansada y sin ánimos tras tres años de depresión. Más de cuatro millones vagan sin oficio ni beneficio por esta tierra estéril después de tanta sobreexplotación. Muchos se dirigen sin ganas para ver el extraño combate que hoy empieza. Una liza en la que ninguna de las partes se ha ganado la confianza de los suyos, ni de los mercados ni de los trabajadores, menos aún de los desempleados o jubilados, todos sabiéndose moneda de cambio en este gran mercado global.